Es primer ataque reivindicado por el régimen persa en medio de la ola de tensiones entre Washington y Teherán. La Guardia Revolucionaria sostuvo que la nave ingresó a territorio iraní, pero el Pentágono aseguró que volaba en espacio aéreo internacional.

El mandatario estadounidense advirtió que Irán cometió «un error muy grande», en referencia al derribo de un drone norteamericano de vigilancia, cuya zona de vuelo está en disputa por ambos países, en un episodio que agrava la tensión bilateral.

Esta fue la primera declaración de Trump, a través de su cuenta de Twitter, sobre el incidente. Sin embargo, horas después el mandatario cambió el tono.

Cuando habló con periodistas este jueves en la Casa Blanca, Trump acababa de reunirse con algunos asesores para analizar el derribo del drone y lo atribuyó a que alguien «estúpido» en Irán cometió un «error» y no a un ataque «intencionado» de ese país, aunque no descartó que Washington pueda tomar represalias contra Teherán por lo ocurrido.

El régimen anunció este jueves el derribo y aseguró que la nave violó su espacio aéreo. Horas después, el Pentágono confirmó el hecho, pero indicó que se trató de un «ataque no provocado», ya que la nave estaba volando el Estrecho de Ormuz, en espacio aéreo internacional.

La tensión crece entre la República Islámica y Estados Unidos y hace temer el estallido de un conflicto abierto. La retórica dura está en aumento desde que el presidente estadounidense Donald Trump decidió, en mayo de 2018, retirar a su país del acuerdo nuclear firmado con Irán en 2015 y restablecer duras sanciones contra Teherán, privándole de los beneficios económicos que esperaba de ese pacto internacional.

Según la Guardia Revolucionaria, el drone había despegado a las 0.14 (hora de Teherán, 19.44 GMT del miércoles) desde una base estadounidense en «la costa sur del Golfo Pérsico», luego «apagó todos sus dispositivos de reconocimiento», pasado el estrecho de Ormuz y se dirigió hacia el este en dirección al puerto iraní de Chabahar. Además, aseguraron que fue derribado cuando regresaba de su misión, después de ingresar al espacio aéreo iraní.

La violación de las fronteras iraníes es la «línea roja» que no debe franquearse, advirtió el general de división Hosein Salami, comandante en jefe de los Guardianes. «Nuestra reacción es, y será, categórica y absoluta», destacó.

Los medios de comunicación iraníes no publicaron ninguna imagen del avión destruido.

El choque de posturas amenaza con agravar las tensiones. «Se trata de un ataque injustificado a un aparato de vigilancia estadounidense en el espacio aéreo internacional», denunció Bill Urban, un portavoz de la Marina estadounidense en el Pentágono.

En las últimas semanas, Estados Unidos envió un portaaviones a Medio Oriente y desplegó tropas adicionales a las decenas de miles de soldados que ya tiene en la región.

La tensión aumentó aún más con los ataques de origen todavía desconocido contra dos buques cisterna en el mar de Omán, similares a los actos de sabotaje que dañaron un mes antes otros cuatro barcos en la entrada del Golfo y de los que Washington también responsabiliza a Irán.

Además, los hutíes, apoyados por el régimen persa, lanzaron drones cargados con bombas a Arabia Saudita.

Todo esto elevó los temores a que un error de cálculo termine por empujar a Washington y Teherán a un conflicto abierto casi 40 años después de la Revolución Islámica iraní.(Agencias)

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