La entidad monetaria solicitó una línea de crédito de 23 mil 800 millones de dólares, como reserva para enfrentar los efectos de la pandemia.
Santiago de Chile, Chile. 14 de mayo.- El país andino, una de las economías más estables de Sudamérica en los últimos 30 años, ha tomado una medida inédita para enfrentar el mayor descalabro desde la crisis que sufrió a comienzos de los años ochenta. Mientras el avance de la pandemia en Santiago amenaza al sistema público y privado de salud con más de un mil casos nuevos diarios desde hace nueve días –se han reportado 31mil 721 contagios y 335 fallecidos a nivel nacional–, el Banco Central de Chile solicitó al Fondo Monetario Internacional (FMI) una Línea de Crédito Flexible (LCF, por sus siglas en inglés), que le permitiría contar con una reserva para una contingencia extrema. La solicitud asciende a unos 23 mil 800 millones de dólares –por dos años, renovable–, según se informó en un comunicado emitido por el FMI.
Chile no acudía a la organización internacional desde los años ochenta, cuando el PIB cayó en torno al 14 por ciento y el desempleo aumentó a cerca del 24 por ciento. El líder de la política económica chilena, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, salió rápidamente a aclarar que la nueva solicitud no se trata de un préstamo al Gobierno y que “no está destinado a gasto público”. El Banco Central, presidido por Mario Marcel, explicó que la LCF tiene por objeto ayudar a alcanzar los objetivos del ente emisor “ante eventuales situaciones de shocks externos severos, como los que podrían acompañar a un agravamiento significativo de los efectos globales de la crisis originada por la covid-19”, marcando una diferencia con los tradicionales programas de ajuste que otorga el FMI y que implican que los países que lo reciban deban cumplir determinadas metas y medidas.
El Banco Central habla de una línea de crédito “precautoria” para asegurar la liquidez en el sistema financiero chileno, en caso de que requiera recursos adicionales a las reservas internacionales para adoptar nuevas medidas y, de esta forma, resguardar la cadena de pagos. Los 23 mil 800 millones de dólares permitirían aumentar en más de 60 por ciento la disponibilidad de liquidez internacional de acceso inmediato para el Banco Central, según indicó la entidad. De acuerdo con el comunicado del FMI, la directora gerente, Kristalina Georgieva, recomendaría la aprobación de LCF cuando el directorio se reúna a decidir dentro de las próximas semanas, lo que representa una señal contundente respecto de la aprobación de la solicitud.
Desde que se desató la pandemia en Chile –el primer caso fue confirmado el pasado 3 de marzo–, el Banco Central ha dado señales fuertes: junto con ofrecer facilidades de créditos a la banca, en marzo redujo en dos oportunidades la Tasa de Política Monetaria (TPM) hasta un mínimo histórico y técnico de 0.5 por ciento.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la pobreza en Chile volverá a los dos dígitos por la crisis de la covid-19 y pasaría de 9.8 por ciento a un rango entre 11.9 y 13.7 por ciento en 2020 (la menor cifra de la región, luego de Uruguay). (Agencias)
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