Con la participación de 150 niños y adolescentes, hijos de familias jornaleras migrantes, se llevó a cabo la convivencia conocida como “Omáwari”, con bailes y cantos autóctonos para reconocer las aportaciones culturales de este grupo al Estado de Chihuahua.

El evento fue promovido por la Dirección de Atención a la Diversidad de Servicios Educativos del Estado de Chihuahua (Seech), y se desarrolla por segunda vez con actividades como bailes y cantos autóctonos, preparación de comida y bebidas tradicionales, así como otras manifestaciones de las costumbres y cultura de los diversos pueblos originarios.

La palabra “Omáwari” deriva de la raíz tarahumara “mawá” que significa respetar, y toma el significado de ceremonia, celebración o fiesta.

El encuentro consta de una serie de danzas de pueblos y grupos invitados, en donde hablantes de lenguas originarias y protagonistas de los ciclos rituales de sus comunidades, intervienen para demostrar el importante trabajo de salvaguardar y perpetuar las antiguas tradiciones indígenas.

La sede de esta fiesta fue el Centro de Trabajo Santa María, del municipio de Cuauhtémoc, en donde participaron alumnos y alumnas de este plantel que atiende a estudiantes migrantes.

También acudieron menores de las escuelas de esta modalidad educativa, Betebachi y La Minita, en donde se dio servicio en este Ciclo Escolar Agrícola 2018, a estudiantes de familias migrantes que llegan a esa región a trabajar en labores agrícolas, procedentes de distintos estados del país.

Flor María Vargas, responsable del área de Enlace de Educación Migrante, señaló que uno de los objetivos de esta actividad, es difundir, revalorar y reconocer las aportaciones culturales de las familias jornaleras migrantes en el Estado de Chihuahua.

En muchos casos esta población flotante que llega a distintas regiones agrícolas del estado cada año, procede de entidades del centro y sur del país, por lo que traen a la entidad sus costumbres y tradiciones; acotó la funcionaria.

A estos grupos se suman otros que migran dentro del estado, migrantes de los propios pueblos indígenas de Chihuahua, por lo que también se atiende a niños y niñas de familias integrantes de los cuatro principales pueblos originarios de la entidad.

Este segmento poblacional requiere de diversos servicios durante su estancia en Chihuahua (en el caso de los grupos locales, residen en su mayor parte de regiones de la sierra) y uno de estos, es la atención educativa a las y los menores, mientras hombres y mujeres trabajan en las labores agrícolas.