Ciudad de Guatemala, Guatemala. En Guatemala, los cultivadores de adormidera están perdiendo los ingresos primarios de lo que era su único cultivo comercial, lo que hace que muchas personas que viven en zonas afectadas por la pobreza tengan que emigrar a Estados Unidos. Al mismo tiempo, las autoridades locales e internacionales temen que Guatemala se convierta en un nuevo centro de comercio de las sustancias químicas utilizadas para fabricar fentanilo.

Las redadas antidroga en la frontera entre Estados Unidos y México también muestran el declive de la heroína. En el año fiscal 2023, la Oficina de Operaciones de Campo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de USA, incautó 680 kilos de heroína; una cifra inferior a los casi 2450 kilos de 2021.

Las incautaciones de fentanilo en el mismo periodo se duplicaron con creces: pasaron de cuatro mil, 989 kilos a 12 mil, 246 aproximadamente.

Aunque el fentanilo arrasa con el comercio de heroína y las prioridades antinarcóticos cambian, las autoridades estadounidenses dicen que el apoyo de USA a los esfuerzos de erradicación de amapola, aunque limitado, sigue siendo necesario en Guatemala para contrarrestar el alcance de los cárteles mexicanos que producen heroína.

Sin embargo, ahora la mayor prioridad en Guatemala es la lucha contra las drogas sintéticas y la detección de precursores químicos utilizados para fabricar fentanilo, según dijo un funcionario del Departamento de Estado que no estaba autorizado para ser identificado al discutir las estrategias antidrogas.

Un observador del Departamento de Estado, que ha financiado desde la formación de la policía de fronteras hasta una unidad de élite contra las bandas en Guatemala, también acompañó a la misión. Declinó hacer comentarios, alegando que no estaba autorizado a hablar con periodistas.

Como los esfuerzos de los soldados fueron infructuosos en su mayoría, dedicaron parte de su tiempo a hacer bromas mientras se reunían alrededor de sus camionetas. Tratando de difundir la ayuda, algunos distribuyeron entre las personas de los lugares remotas algunos artículos de sus paquetes de alimentos; otros les regalaron juguetes baratos de plástico a los niños.

Sin embargo, en una región excepcionalmente pobre donde cada planta de adormidera madura vale unos 25 quetzales (unos 3.20 dólares), algunas personas se indignaron por la presencia de los soldados. Algunos se negaron a hablar con nadie del convoy, al que veían como la eliminación de una de sus únicas fuentes de ingresos.

Ana Leticia Morales, de 26 años, madre de dos hijos que habla mam y se gana la vida vendiendo gasolina de contrabando que llega desde México, dijo que por esa área ya casi no quedaba amapola.

Las tensiones en torno a los esfuerzos de erradicación han estallado durante décadas en Guatemala, el país más poblado de Centroamérica. La adormidera, que tradicionalmente se cultivaba en regiones montañosas que se extienden desde Turquía hasta Pakistán, hace décadas empezó a cultivarse en Guatemala, así como en algunas regiones de México y Colombia.

La aparición del fentanilo en la última década como una fuente de ingresos más barata y mucho más rentable para los cárteles alteró el comercio de adormidera en México y produjo efectos indirectos en Centroamérica. Ahora, los cárteles no tienen que preocuparse por las lluvias torrenciales, que pueden destruir los cultivos. Tampoco tienen que preocuparse por las operaciones de erradicación.

A las autoridades antidroga de Guatemala, México y Estados Unidos les preocupa que Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, los dos cárteles mexicanos que se disputan el control de las rutas ya utilizadas para el contrabando de cocaína y goma de opio desde Guatemala, puedan utilizar las mismas vías para transportar precursores químicos de fentanilo a México.

El año pasado, las autoridades guatemaltecas detuvieron a Ana Gabriela Rubio Zea, una empresaria conocida por presumir de su riqueza en las redes sociales, en relación con un plan para importar productos químicos de China con el fin de fabricar fentanilo para el cártel mexicano de Sinaloa./Agencias