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Como dirían en Sinaloa: ¡Uta, qué forma de lucrar políticamente con el dolor de la familia del joven chihuahuense asesinado en la Ciudad de México.

Norberto Ronquillo Hernández despareció el martes 4 de los corrientes al salir de la Universidad del Pedregal, de donde se graduaría el sábado 8. La familia denunció que el estudiante había sido secuestrado y que pese a haber pagado el rescate, él no aparecía. El lunes 10 fue hallado muerto en la zona donde desapareció.

Desde antes que hallaran su cuerpo, su secuestro y no liberación fue la noticia en casi todos los medios de comunicación de influencia nacional y en los locales de Chihuahua, generando miles –y tal vez millones- de reacciones diversas en las redes sociales, principalmente exigiendo la liberación del muchacho. Conforme fue transcurriendo el tiempo y ya la desaparición dejaba de ser noticia; el matiz fue cambiando del suspenso y el misterio a la especulación y echadera de culpas.

Ya en el fin de semana, para la prensa opositora al actual régimen sexenal, la gobernadora capitalina, Claudia Sheinbaum Pardo, la prensa le restregaba en la cara que durante los meses que lleva en el cargo el delito de secuestro se ha disparado, no 270 ni 272, sino exactamente 271 por ciento; sin contar los cientos de homicidios (de los que ahora algunos si llevan la cuenta) ocurridos en la zona durante su gobierno.

A esas alturas, mientras las autoridades investigaban los políticos hicieron su agosto y no se diga después de que al muchacho la encontraron muerto.

Mientras sus padres y hermanos en la capital corrían los trámites el traslado de los restos a Chihuahua y aun cuando la madre recalcó que la culpa no era solamente del gobierno, sino de corrosión de valores que por generaciones viene afectando a las familias mexicanas, a la gente opositora a la gobernadora y a su corriente política entonces le importó poco el secuestro y asesinato de Norberto y como si jugaran a la pepiluya, hicieron cera y pabilo de su persona y de la del presidente López Obrador.

A sus opositores les ardió hasta el alma que el presidente haya hecho público su apoyo a la gobernadora luego que de la aplastante oleada de “vestrum erit flagitium”: ¡Tu culpa!

Sí convengo que los gobernantes de todas las alguna culpa tienen en la presencia descarada del crimen organizado: Algunos porque lo negociaron para llevar la fiesta en paz, otros porque se hacen de la vista gorda o porque, de plano, como en Chihuahua afirma el fiscal general: “Las células del crimen organizado están identificadas y localizadas”.

Pero resulta que en Chihuahua, el estado que gobierna y gobierna mal el panista Javier Corral Jurado, la politización del asesinato de Norberto fue más allá de las arengas cibernéticas y editoriales.

Y es que alguien o algunos, de allá o de acá, o de allá o de acá, importándoles un comino el dolor de la familia y el respeto al fallecido armaron una gran manifestación política disfrazada de muestras de apoyo moral, desde el mismo aeropuerto a donde arribaron los familiares y las cenizas de Norberto, hasta Meoqui, donde culminaron las honras fúnebres.

En valla de Chihuahua, en la caravana vehicular a Meoqui y en la valla en esa población, participaron cientos de personas, pero lo curioso estriba en que la mayoría, la inmensa mayoría fueron mujeres, a las cuales dos o tres arengaban a gritar consignas de «justicia» con tonillo político; no como un grito ahogado por el pesar sino con la cantaleta de un mitin partidista.

No faltará quien asegure que especulo, que son figuraciones. Sin embargo, cómo explicar:

1.- La organización que, la verdad, mis respetos, estuvo de lujo.

2.- ¿Quién es la mujer que en aeropuerto organizó a las manifestantes para que hicieran una valla tomadas de las manos y quien las organizó en Meoqui?.

3.- Quitando familiares y amigos del muchacho, ¿de dónde reclutaron al resto de la asistencia?

4.- Sobre la vestimenta color blanco –vaya- quien no tiene una blusa o camisa del albo color pero, ¿quién financió los pañuelos, trapos o retazos que los presentes agitaron al paso de la carroza, todos del mismo tamaño y la misma manufactura?

5.- ¿Cuál fue la razón de que en Chihuahua, en el aeropuerto, entre la valla y a trote de la calle hacia la plataforma, irrumpiera el jefe de escoltas del gobernador Corral Jurado? Si el jefe del Ejecutivo local estuvo en la pista esperando el avión con la familia de Norberto fue porque sus escoltas y él ingresaron por el hangar de Gobierno para no ser vistos. Si en lugar estuvo o no el gobernador, la incursión de su jefe de seguridad en la manifestación sí deja un mensaje claro “aquí o ahí ando”.

No queda duda pues que los aquí como los allá, aprovecharon el triste acontecimiento para llevar agua electoral a su molino. ¡Qué poca..!

Javier Corral Jurado sigue siendo candil de la calle y oscuridad de su casa Por ejemplo, todavía no puede establecer el móvil real del asesinato de la periodista Miroslava Breach, ocurrido el 23 de marzo de 2017.

Como reafirmante de mis dudas de que esto haya sido una solidaria manifestación de duelo, en la Ciudad de México las autoridades parecen haber hallado “cosas atípicas” en el desarrollo del secuestro y asesinato. Por ejemplo hallan sospechoso que a los pocos minutos de la privación de la libertad se haya denunciado el secuestro, al muchacho lo hayan asesinado antes de solicitar el rescate y también, que la policía entregado el vehículo a familiares luego de “hallarlo” abierto, con luces encendidas y las llaves tiradas en la calle. Otro detalle importante que hace el caso “atípico” es que a un tío de Norberto lo mataron en idénticas condiciones en el 2015. Curioso, ¿o no?

Dicen que la mula no era arisca… pero piensa mal y…

Es que esa fama del señor Córdova y del señor Sol lo hacen a uno pensar tontería y media.

reynaldo@elmejor.com.mx