El Plástico no Contamina

Cuando Aristóteles definió al hombre como zoon politikon se refirió a sus características sociales y políticas.

No deba entenderse entonces que el estagirita se inclinó por asegurar que todos los problemas se solucionan con política. Ni que los políticos sean animales. Aunque los políticos piensan que la política es la panacea para todas las dificultades que surgen en la sociedad. Y es que los seres humanos somos la única clase conocida que establece leyes, reglamentos y mandatos con el fin de llevar las relaciones en santa paz. Y también que por medio de prescripciones se puede dar solución a cualquier problema. En este caso, el plástico contamina, luego prohibamos las bolsas de plástico en las cuales se entregan productos en supermercados, tiendas de barrio, de conveniencia y asunto solucionado.

No se arreglan así los problemas. El sargazo en la Rivera Maya, por ejemplo, no es una herencia de un régimen de fifís ni de la mafia del poder y ni con un decreto presidencial se va a evitar su persistente llegada.

La historia del plástico se remonta a finales del siglo 19, pero no fue sino a mediados del 20 cuando su producción empezó a dispararse. Y es que los beneficios de este material son inmensos y aplicables desde una simple bolsa hasta en la fabricación de aviones. Sin embargo su uso indiscriminado y la costumbre de usar y tirar a la basura causaron que debamos lidiar con 8,300 millones de toneladas de desperdicio plástico. Cada año, más de 13 millones de plástico son lanzados a los océanos provocando un gran desequilibrio ambiental.

El 95% de los contaminantes plásticos que se arrojan a los océanos llegan desde tan solo diez ríos. De ellos los más contaminados son Yangtze (329 millones de kg de plástico en el mar cada año). El  Ganges (544). Xi, Dong y Zhujiang (233 millones de libras por año). Brantas (38 millones), Solo (32 millones), Serayu  (16 millones) y  Progo (12 millones). El polietileno de alta densidad, el polietileno de baja densidad y el polipropileno son los tres desechos plásticos más frecuentes.

Pero las bolsas de plástico representan tan solo el 1% del problema en general. Luego aquellas no son el tema fundamental porque en cualquier tienda los productos son ofertados usando plásticos y derivados: agua y refrescos embotellados, platos y vasos no necesariamente desechables, productos de limpieza, tortillas de harina, comida para mascotas, comidas pre cocidas, carne, pescado, pollo y todo un larguísimo etcétera.

Volvamos al título del escrito: el plástico no contamina, los que contaminamos somos nosotros. Si hiciéramos un uso  racional desde los combustibles hasta los plásticos no tendríamos estos problemas. Y nos preguntamos ¿quién tiene la responsabilidad de recoger la basura doméstica, comercial e industrial en México? El gobierno. ¿Hay alternativas para evitar el desastre ecológico que provocan los productos plásticos y derivados? Sí, el reciclaje y con muchísimos beneficios como lo son la reutilización directa, el aprovechamiento como materia prima para la fabricación de nuevos productos y su conversión en combustibles o para otros productos químicos.

Cuando la ley se cumpla y ya no nos entreguen los víveres en bolsas de plástico ¿qué vamos a hacer? Comprar bolsas de plástico para tirar la basura. Es el momento en que los tres niveles de gobierno establezcan políticas serias de reciclaje no sólo del plástico sino de todos los desperdicios. Otros países lo han hecho ¿por qué nosotros no? Porque es más fácil legislar y tirarse a dormir la mona. El ejemplo de Suiza es sublime, ahí el reciclaje es obligatorio y de no hacerlo puede hacerse acreedor a una multa de diez mil euros. Ellos reciclan el 93% de vidrio, el 91% de las latas  y el 83% de las botellas PET.

Mi álter ego recuerda haber sido testigo televisivo de cuando Neil Armstrong pisó la luna. Pero le sorprende que cincuenta años después haya quienes duden de esa hazaña. Es menospreciar la capacidad científica y tecnológica del ser humano.

Twitter: @JRafaelSoto