La cita tuvo lugar en el bar Corinto de la capital pucelana, propiedad del excapitán blanquivioleta. Los agentes creen que en dicho encuentro se diseñó el amaño del partido que acabó 0-2
Madrid, Esp.- Jueves 16 de mayo. Hora del café. En el bar, o gastrobar, que presume de una de las mejores tortillas de patata de Valladolid se encuentran dos personas. Son Borja Fernández, hasta hace unos días capitán del Valladolid, y Raúl Bravo, ex jugador internacional del Real Madrid. La cita tiene lugar 48 horas antes del partido entre el equipo pucelano y el Valencia (18 de mayo) que está siendo objeto de investigación por amaño. El encuentro entre Borja y Raúl, amigos desde 2001, tiene lugar en el Bar Corinto, del que es copropietario Borja.
Los investigadores sostienen que Bravo lidera una organización criminal de amaño de partidos y que coordinó la estrategia con Fernández para realizar apuestas millonarias vinculadas a dicho encuentro. Cabe recordar que el partido terminó con victoria por 0-2 a favor del Valencia, que selló de esta forma su clasificación para la Champions League.
Según detallan a EL MUNDO fuentes próximas a la investigación, el ya ex jugador del Real Valladolid, que se retiró del fútbol profesional al acabar el último encuentro de Liga, ha reconocido en su declaración la existencia de dicha reunión así como que la cerró tras comunicarse con Bravo mediante el sistema de mensajería Whatsapp, sin que mediara ninguna llamada telefónica por el canal tradicional.
Según el testimonio que ha prestado ante la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional, prosiguen las mismas fuentes, aquel jueves se levantó tarde, almorzó en su domicilio y bajó después de comer a tomar café a su bar con su mujer y su hija, que habían comido en el establecimiento.
Allí se encontró con Raúl Bravo, que se había desplazado a Valladolid para verle, y mantuvieron una larga reunión. El primero se ha acogido a su derecho a no declarar y no ha ofrecido ningún detalle sobre el motivo que le llevó a desplazarse a la localidad pucelana para ver a Fernández. A través de su entorno niega cualquier implicación en amaños y sólo admite que realiza apuestas deportivas habitualmente como cualquier otro aficionado.
Fernández, sin embargo, sí quiso declarar y explicó que la cita con Bravo se debía a que este último, que en estos momentos está realizando el curso de entrenador en la Federación Madrileña de Fútbol, quería pedirle ayuda para entrenar a algún filial del Valladolid la próxima temporada.
La terraza del bar Corinto, donde se produjo la reunión.
La Policía, que no se cree esta versión de los hechos, le exigió al ex capitán vallisoletano que explicara si además de abordar el futuro profesional de Bravo hablaron del partido que se iba a celebrar dos días después y en el que el Valencia se jugaba una plaza para la próxima Champions League.
Fernández, que ha sido detenido al igual que Bravo, reconoció que comentó el encuentro con su interlocutor pero que lo único que le dijo fue que en el equipo estaban «muy tranquilos» porque «estaban salvados». Una circunstancia que, añadió, no es frecuente para un equipo como el Real Valladolid en la última jornada de Liga. Pero subrayó que no mencionaron nada más.
Los investigadores le interrogaron, asimismo, sobre cómo concertaron aquella extraña cita. El ex futbolista, de 38 años, explicó que se había visto con Bravo sólo dos veces durante los últimos meses. La primera, tras llamarle poco antes de su cumpleaños, el 14 enero, para pedirle que le pusiera en contacto con el director deportivo del club con el mismo propósito de buscar un hueco como entrenador. Desde ese momento, enfatizó, no volvió a tener noticias del ex futbolista del Real Madrid hasta horas antes de la cita en el bar Corinto.
Fernández ha negado, en consecuencia, haber coordinado con Bravo el amaño del partido así como haber tenido conocimiento de que algún otro futbolista de su equipo negociara la alteración del resultado final. «Confío plenamente en mis compañeros», llegó a testificar. A su vez dijo no haber realizado jamás apuestas deportivas a lo largo de su carrera profesional ni relacionadas con el fútbol ni con ningún otro deporte.
Con respecto a otro de los implicados en la denominada Operación Oikos, Carlos Aranda, el ex capitán del Valladolid reconoció que lo conoce desde que tenían 15 años y que en su día llegaron a vivir juntos pero que no mantiene ningún tipo de contacto con él ahora mismo.(Tomado de El Mundo)
reynaldo@elmejor.com.mx