Bogotá, Colombia. Enero 18.- Según afirmó este viernes el ministro de Defensa de Colombia, Guillermo Botero, el presunto responsable de colocar el carro bomba frente a la Escuela de Policía es José Aldemar Rojas Rodríguez.
Rojas era conocido con los alias “Kiko” o “El Mocho”, un apodo que se debe a que había perdido la mano derecha en 2008 o 2010 como parte de su trabajo con explosivos para el Ejército Nacional de Liberación (ELN).
Las autoridades han asegurado que el ELN está detrás del ataque con un carro bomba, aunque la guerrilla no ha reivindicado el atentado.
Botero detalló en una rueda de prensa celebrada el viernes el “prontuario” de Rojas: “Estuvo como cabecilla de este grupo delictivo en varias oportunidades en algunos frentes y claramente hizo parte del frente Domingo Laín Sáenz”.
“Posteriormente en 2003, se convirtió en cabecilla ‘explosivista’ e instructor del frente Adonay Ardila del ELN”.
Según el gobierno, Rojas Rodríguez seguía siendo instructor en 2011, pero brindando cursos de especialistas en el municipio de Fortul, en el departamento de Arauca, que limita con Venezuela.
Hasta ese país se desplazaba en aquella época para capacitar en el manejo de explosivos a miembros del ELN que estaban allí “y a otras personas”.
Un año después, volvió al frente de batalla, sirviendo de enlace directo con Luis Alberto Cortés Buriticá, alias “Culebro Viejo”. Este último fue el jefe militar del Frente Oriental del ELN hasta su captura, en el estado venezolano de Apure en 2016.
La policía lo acusaba de ser el cerebro de varias explosiones.
El frente Domingo Laín Sáenz, del que Rojas Rodríguez se volvió responsable en 2013, siempre según la información presentada por el ministro, formaba parte del Frente Oriental.
Pero los lazos de Rojas Rodríguez se habrían extendido incluso hasta las FARC, ya que según Botero, llegó a ser una “persona de confianza” de Noé Suárez Rojas, conocido bajo el alias de “Grannobles” y por ser hermano del dirigente “Mono Jojoy”.
Rojas Rodríguez tuvo una relación estrecha con él como parte de su seguridad”, aseguró el ministro en referencia a Suárez, un guerrillero buscado por Estados Unidos por la muerte en 1999 de tres indigenistas de ese país en la frontera entre Colombia y Venezuela.
Según el gobierno, a partir de 2015 y ante las negociaciones de paz, Rojas Rodríguez intentó ser incluido en la lista de integrantes de los frentes 10 y 15 de las FARC “para tratar de buscar unos beneficios”.
“Pero fue tajantemente rechazado en tres oportunidades por los mismos integrantes de las filas de las FARC que querían acogerse a un proceso de paz”.
El fiscal general de la nación, Néstor Humberto Martínez, explicó que, tras investigar a todos los propietarios que tuvo el auto con el que se cometió el atentado, se determinó que el último de ellos había sido Rojas.
Una vez se tuvo su fotografía, se pudo confirmar que había sido él mismo quien condujo el vehículo, algo que se pudo comprobar analizando las huellas digitales de su mano derecha.
“Tuvo algunos propietarios, gente de bien, que ya fue investigada”, contó Martínez. La transacción por la que Rojas se hizo con el vehículo data del 11 de mayo de 2018, aunque el fiscal afirmó que era muy probable que se hubiera acordado unos dos o tres meses antes.
“Lo anterior quiere decir que esta es una operación que se estaba planeando desde hace más de 10 meses y eso tiene un inmenso valor probatorio desde el punto de vista de los actores intelectuales”, dijo.
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