Wirecard AG es una empresa global de tecnologías y servicios financieros en proceso de quiebra con sede en Alemania. Proporciona servicios de procesamiento de pagos, emisión de tarjetas y gestión de riesgos a más de 279 mil clientes corporativos de todo el mundo. Su nuevo servicio de pago a través de Internet, denominado «Wirecard», compite con PayPal y Western Union. Wirecard dispone de licencia para operar como banco alemán y es miembro destacado (Principal Member) de Visa, MasterCard y JCB y cotiza en la Bolsa de Fráncfort.(Ficha Wikipedia)
Berlin, Alemania. 23 de abril.- La canciller alemana, Angela Merkel, declaró este viernes que en su viaje a China en 2019 no hizo ningún trato de favor a Wirecard, la empresa de transacciones digitales que un año más tarde quebró tras protagonizar el mayor fraude del DAX 30. Merkel defendió su cuestionado viaje a China y su relación con la empresa al comparecer como testigo en la comisión de investigación del Bundestag (cámara baja) que estudia el escándalo de Wirecard y las posibles responsabilidades políticas de su agujero financiero de un mil 900 millones de euros.
La financiera que alguna vez fue una fintech de alto vuelo, que en su punto máximo valía 24 mil millones de euros, quebró el verano pasado en uno de los mayores fraudes contables de Alemania .
El 30 de enero de 2019, las acciones de Wirecard se desplomaron después de que el Financial Times informara que un alto ejecutivo era sospechoso de «falsificación de cuentas» y «lavado de dinero» en las operaciones de Asia-Pacífico de la compañía. Wirecard emitió una declaración llamando al informe «falso, inexacto, engañoso y difamatorio». Wirecard también anunció una demanda contra el Financial Times por «informes poco éticos» y una demanda por manipulación del mercado.
Wirecard se derrumbó después de descubrir que no existían un mil 900 millones de euros de efectivo corporativo y que partes de su negocio en Asia eran una farsa. Ex empleados le han dicho a la policía de Munich que investiga el fraude que el personal retiró repetidamente grandes cantidades de efectivo de la oficina central de Wirecard, dijeron personas con conocimiento directo del asunto al Financial Times.
Empleados dijeron a la policía que la práctica comenzó en 2012, y las cantidades de billetes de seis dígitos a menudo se movían en bolsas de plástico Aldi y Lidl. El monto total, el paradero actual del efectivo y el propósito de sacarlo del edificio no están claros. Wirecard, cuyo negocio principal era procesar pagos para comerciantes, era dueño de su propio banco pero no tenía sucursales.(Agencias)
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