Chihuahua, Chih. Abril 10.- La feria de mayor tradición en la ciudad de Chihuahua es la de Santa Rita la cual, según registros, sus orígenes se remontarían a inicios del México independiente. Su organización estuvo primero a cargo de la Iglesia Católica, luego en al alimón entre Gobierno e Iglesia, después solo del Gobierno y hoy, a la llegada de la actual administración estatal, en manos de particulares que en solo dos años han dado un giro total a la organización del otrora evento popular hasta convertirlo un ente recaudatorio.
Antaño, el atractivo popular fueron los juegos mecánicos, el laberinto de cristal y las casa de terror, mientras que para la clase económicamente superior se montaba el palenque, donde aparte de las tradicionales peleas de gallos, los organizadores procuraban contratar al menos a los artistas de moda.
Con la finalidad de que la asistencia no decayera por los efectos inflacionarios en el costo de los juegos mecánicos, los entonces organizadores –el gobierno estatal, a través del DIF- modificaron el formato cobrando la entrada por persona con derecho a la mayoría de los juegos instalados; sin embargo, eso no solucionó la problemática seria del sostenimiento del palenque con precios accesibles.
A finales de los años noventa el gobierno encontró la forma: Un palenque con entradas acordes a la inflación a donde asistiría mayormente la clase adinerada y un “Teatro del Pueblo”, de acceso gratuito, a disposición de resto de la población, en el que hasta la fecha habían venido alternando artistas de medio a alta calidad.
Sin embargo, para la organización de la feria del presente año, el Gobierno Estatal otorgó al comité organizador la facultad de convertir en negocio el Teatro del Pueblo, anunciando la instalación y venta de mil lugares (sillas vip, les llaman) al frente del escenario con costos de 250 y 200 pesos; atrás estará el graderío, sin costo, para quienes no puedan pagar la zona preferencial.
Por década y media asistir al Teatro del Pueblo fue toda una tradición. Era común ver a ricos y pobres hacer largas filas desde temprana hora, incluso pernoctar en puerta de la feria para poder ganar un lugar de privilegio frente el escenario.
Pero no solamente ese cambio observa la estructura de la feria en su versión del 2019. El comité organizador presidido por el empresario local, Jorge Cruz Russek, anunció el montaje de un negocio más, consisten en una cancha de baile que amenizarán artistas y conjuntos principalmente locales y de la región, pero donde igualmente que la zona preferencial del Teatro del Pueblo, se cobrarán las entradas, pero acá hasta por 385 pesos.
Lo anterior ha provocado el rechazo popular y de los distintos sectores políticos opuestos a la corriente partidista en el poder, tanto en el Estado como en el Municipio; este último corresponsable en la organización con el otorgamiento de permisos de diferente índole y la vigilancia total del evento a ponerse del 16 de mayo al 2 de junio próximos.
Al respecto, legisladores del congreso local en voz de la diputada morenista Lourdes Beatriz Valle Armendáriz y el priísta Omar Bazán Flores, repudiaron el proyecto de la Feria de Santa Rita 2019 por considerarlo recaudatorio y advirtieron que, ya sea a título personal o apoyados por sus respectivas bancadas, impugnaran tales cambios considerados por ambos como un negocio redondo por parte del comité organizador con la anuencia del Gobierno del Estado.
Bazán Flores dijo que por su parte llevará el caso a la tribuna del Congreso por considerar arbitrarios tanto cambios como tarifas en detrimento del grueso de la población capitalina y visitantes.
Por su parte, la diputada Valle Armendáriz estimó que si el costo de la entrada a la feria constará 50 pesos por persona, implica que una familia de cinco integrantes pagará 250 pesos solamente por entrar, además de 60 pesos por la renta de estacionamiento si acude en automóvil.
Ya adentro –según anunciaron los organizadores- los asistentes podrán disfrutar de manera gratuita de 30 juegos mecánicos (10 para adultos y 20 para niños), dos funciones circenses de lunes a viernes y tres en fin de semana; además de la exposición equina y ganadera; espectáculos de lucha libre y lucha mixta; toreo chusco y acrobacias a caballo.
En contraparte, habrán pagar extra quienes deseen acceder espectáculos de calidad como inflables gigantes, juegos mecánicos, plazas de comida, pabellón comercial y de juegos, plaza de comidas, zona de antros y rodeo.
Los boletos de entrada para entrar a la cancha de baile costarán desde 50 a 385 pesos, según sea quien amenice. Por ejemplo, el sábado 18 de mayo, para bailar con Los vendavales de Adán Meléndez, La orden norteña y Aguileños de la sierra, los asistentes deberán pagar entre 50 y 150 pesos; no así el 24 del mismo mes, cuando por bailar al ritmo musical de Carín León, habrán de gastar entre 165 y 385 por persona.
Entre los comerciantes que tradicionalmente instalan puntos de venta en los terrenos de la Feria, han manifestado su inconformidad por el monopolio de los productos que ahí se expenden, como consumir determinada marca de refrescos, cerveza y agua embotellada.
En redes sociales el repudio a los cambios no es menos. Usuarios de Facebook coinciden en que hoy la Feria se trata de un negocio redondo entre el comité organizador a cargo de Cruz Russek y el Gobierno del Estado de Javier Corral Jurado, porque al igual que el año pasado, tampoco esta vez las entradas serán gratuitas el día de la inauguración, como tradicionalmente ocurría desde que la Feria fue instalada en lugar cerrado; otra vez los organizadores ofertarán los boletos de entrada al dos por uno.
En cuanto al grupo de proveedores de la Feria, el diputado Bazán Flores urgió al gobierno de Corral Jurado a publicar la lista y la forma o el conducto por los que fueron elegidos. Cuestionado sobre alguno en especial, el legislador refirió la empresa a la que se le asignó la venta de boletos.
Y también igual que otros años, el vecindario aledaño a las instalaciones de la Feria, pugna porque no falle el suministro de agua como viene ocurriendo cada vez desde que las festividades inician hasta que terminan. Los habitantes de las colonias: Avalos, Villa Juárez, Crucero, División del Norte y Rigoberto Quiróz, entre otras, padecen largos periodos –días incluso- de falta de agua potable y pese a las constantes denuncias y protestas ante las puerta de autoridades correspondientes, tal anomalía persiste.
