Pachuca, Hidalgo. Enero 21.- Mientras que la Secretaría de Gobierno de Hidalgo informaba que el número de muertos tras la explosión el viernes en el municipio de Tlahuelilpan subió a 91, la policía y el Ejército indicaron que una nueva en un ducto de combustible había sido descubierta y cercada hoy por el en las proximidades de ese municipio.
El combustible alcanzó una altura de cuatro metros y poco a poco fue perdiendo fuerza hasta ser controlada por el personal de Petróleos Mexicanos (Pemex).
El Gobierno de Hidalgo divulgó que la cifra de muertos llegó esta tarde a 91, mientras que en los hospitales hay todavía 52 personas que están siendo atendidas. También informó que 10 de los cuerpos ya han sido identificados y ocho ya fueron entregados a sus familiares.
En esta nueva fuga, el combustible alcanzó una altura de cuatro metros y fue ubicado a 10 kilómetros de Tlahuelilpan, donde apenas el viernes se registró la tragedia que ha obligado al gobierno de Andrés Manuel López Obrador a acelerar su compromiso de erradicar la corrupción e impunidad en la paraestatal energética Pemex.
La fuga en el ducto de Tula (estado de Hidalgo) a Salamanca (estado de Guanajuato), fue localizada en una zona remota de Teocalco, municipio de Tlaxcoapan, a 10 kilómetros de Tlahuelilpan, informó el gobierno estatal.
El crimen organizado no ceja en sabotear los trabajos de abasto por ductos, pues apenas se abren las válvulas, el sistema de bombeo detecta nuevas fugas, como ocurrió la tarde del sábado en el ducto a Guadalajara, que fue saboteado en tres ocasiones en menos de cinco horas.
Una patrulla del Ejército Mexicano apoyado por la policía federal cercó el lugar para impedir que se aproximara los habitantes de esta localidad al tiempo que personal de Petróleos Mexicanos (Pemex) hacía trabajos de reparación.
Una explosión de un ducto mientras los pobladores recogían combustible con baldes y bidones, ha dejado ya un total de 91 víctimas fatales y 52 heridas, tras el fallecimiento este día de varios de los ingresados en hospitales.
Los pobladores de Tlahuelilpan ignoraron las advertencias de un grupo de militares que había llegado tras ser informados del ducto reventado y se dedicaron a sustraer la gasolina, que luego de unas dos horas explotó.
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